Las divisiones de clase son electoralmente débiles en Latinoamericana, y otras explicaciones, como el voto económico, reciben más apoyo. Entre las décadas de 1970 y 1990, muchos partidos de oposición de izquierda triunfaron al introducir una nueva dimensión ideológica en la competencia electoral basada en la apoyo de los votantes privilegiados y educados. Después del 'giro a la izquierda', algunos de estos gobiernos han implementado una serie de políticas innovadoras en favor de los pobres y han cultivado el voto de los desfavorecidos. Todavía hay poco conocimiento sobre si la "marea rosa" contribuyó a la transformación de la política electoral hacia una competición más clasista o no.