La instalación de equipamiento e infraestructura de servicios de salud no siempre es suficiente para garantizar que la población efectivamente acceda y pueda hacer uso de ellos. Aun existiendo infraestructura adecuada, el acceso no puede darse por sentado, ya que implicaría dejar de lado un aspecto central: que las familias obtengan esos servicios pero que lo hagan a costos socialmente razonables.
Para abordar este problema, el proyecto estudia los costos espacio-temporales (costos temporales de traslado y espera, conciliación de agendas familiares y otras actividades, ventanas temporales de atención), los costos de la calidad del servicio que se provee (puntualidad, calidad técnica percibida, atención al ciudadano, infraestructura) así como aquellos provenientes de la combinación de ambas dimensiones.
Complementariamente, se analizan las estrategias de los hogares, que dependerán de los costos a mitigar y de los recursos con que cuentan.
Tanto los costos como las estrategias no se distribuyen de forma equitativa entre los grupos sociales. Y en el caso de las segundas, no siempre son decisiones óptimas, generando en muchos casos costos adicionales, especialmente relacionados a la selección del servicio. Por tanto, este proyecto tiene implicancias relevantes para la política, tanto en términos de eficiencia como de equidad. Asimismo, permitirá cuantificar costos –temporales y de calidad- unitarios, combinados o fruto de estrategias sub-óptimas y variables que se asocien sistemáticamente a ellos. Esto último garantiza la aplicabilidad de los resultados del proyecto para la mejora de la protección de la primera infancia.